Antes y después

efeblog_mujer-gorda-mujer-delgadaJueves 4 de junio. Leyendo una revista, clavo los ojos en un anuncio. Se trata de uno de esos de perder kilos con las fotos del antes y el después. Siempre me han obsesionado esos anuncios. Me muero por pasar un minuto con alguna persona cuya vida tenga un antes y un después.

Preguntarle si ahora se siente más valorada, más importante, si considera su existencia como algo nuevo, si se siente parte de una élite, si acaso no echa de menos abrazar su cuerpo voluminoso por la noche, si tiene más frío o pasa menos calor. Preguntarle si ahora se siente más segura, más cabal, más feliz. Preguntarle, en fin, si fo… liga más.

15 comentarios en “Antes y después

  1. Noa

    Pues mira, te enseño yo mi antes-después, con casi 30 kilos de diferencia entre una foto (15 años, 104 kg.) y otra (18 años, 75 kg.):

    Y aunque no me hayas preguntado a mí, te digo:
    – Puede que me sienta más valorada, pero sólo porque yo me siento mejor conmigo misma y esta confianza influye en los demás también a la hora de tratar conmigo.
    – No me siento más importante ni tampoco he vuelto a nacer: aquella gordita era yo y, al fin y al cabo, lo sigo siendo. A lo mejor antes era más «invisible» (no literalmente, que a mí verse, se me veía bien), pero era por las trabas que yo misma me ponía por considerar que al estar gorda mi obligación era llamar la atención lo menos posible (la adolescencia también, que es muy mala).
    – No echo de menos mi corpulencia por la noche, duermo mejor, ¡pero sí que paso más frío, oye!
    – Ahora soy más feliz, pero exclusivamente por estar más delgada (cuando más delgada he estado ha sido probablemente una de las etapas más infelices de mi vida), sino por haber aprendido a gustarme lo que veo en el espejo: una persona sana.

    Y si he foll…eteado más pues… Pues sí, la verdad, jajaja.
    Sin embargo, en una etapa de sobrepeso fue cuando encontré a la persona que más ha llegado a quererme. Así que…
    Conclusión: todo está en nuestra mente y en la confianza que nos tengamos. Obviamente es preferible estar sanos, y que intentemos dejar atrás la obesidad por razones más de salud que estéticas, básicamente porque esto es lo verdaderamente importante.

    ¡Sólo ambigüedades te he dado! Jajaja. No quiero ser peñazo tampoco, es que me enrollo mucho.
    Un abrazo. 😉

    Me gusta

    Responder
    1. Un gordo cualquiera Autor

      De peñazo nada, Noa. Ojalá todos los `rollos´ fueran así, tan interesantes y tan alentadores. Tu testimonio de éxito, de que sí que se puede, tiene un valor incalculable para mí, porque aunque estoy muy concienciado a veces me pregunto si no sería mejor resignarse y tirar la toalla. Por eso, palabras como las tuyas vienen tan a tiempo, tan oportunas. Creo que hacen mucho bien. GRACIAS
      P.D. Hubiera podido tirar los trastos a cualquiera de las dos Noas de la foto jejeje… por eso lo capital, como bien dices, es estar sano.

      Me gusta

      Responder
  2. Amelia

    Yo llegué a bajar hasta los 64 kilos (siendo adulta, que con 18 pesaba 53 y ni me planteaba que existiera el sobrepeso en el mundo).
    Con esos 64 me volví loca en las tiendas de ropa, todo me quedaba genial, me sentía ágil, guapa, poderosa… qué placer de los sentidos, pordióbenditoooo.

    La gente que me quería me siguió queriendo lo mismo, mi inteligencia era igual que estando gordita (igual de lista o igual de tonta, no sé, ja ja ja), ganaba lo mismo en el trabajo, los platos sucios me esperaban en el fregadero (no se fregaban solos, los cabrones, con lo guapa que yo estaba).
    La vida era similar a mi vida con sobrepeso, pero YO por dentro, me sentía bien.

    Ahora me siento bien también, pero me jode no verme guai en el espejo, ahogarme cuando subo las escaleras o no poder hacer cuatro flexiones sin morir. Es obvio que sigo viva, lo cual da a entender que llego a tres flexiones.

    Antes me sentía segura estando delgada. Ahora me siento segura porque tengo 48 años y no está la cosa para que me vacile nadie en esta etapa de mi vida, ja ja ja. Y espérate, que voy a ser una vieja cachonda de flipar… ja ja ja (eso sí, delgada, espero).

    Me gusta

    Responder
      1. Noa

        Pues la he puesto sin querer, que yo sólo quería que se viera el enlace y mira la que he montado jajajaja. Graciaaaaas guapa! 😀

        Me gusta

    1. Un gordo cualquiera Autor

      Siempre me haces reír, Amelia, qué arte tienes, jodía XDDDDD
      Yo pasé de 101 kilos a 58 entre 2000 y 2008. Llegué a estar «demasiado chupado» según me decían, chupado pero guapo, eso sí jajajajajaja 😛 Mi meta ahora son 65 kilos o a kilo por centímetro de altura, o sea, 62… y ya. A medida que creces se cogen hechuras, hay que ser razonable y plantearse metas posibles para no frustrarse.
      Por cierto, magníficas las reacciones que habéis tenido a este post, habéis saltado como resortes, así os quiero siempre, al quite y dándolo todo. ¡Qué buena audiencia tengo, madre! Soletes 😉

      Me gusta

      Responder
  3. Curvitas

    Yo es que siempre he sido… rechoncha, gordita, rellenita… de grasa, claro. Solo en la adolescencia, sobre los 13 o 14 años, fui más delgada, aunque en su momento no fui consciente de esa metamorfosis. Siempre me vi gordita, incluso cuando, por unos meses, no lo fui.
    De eso soy consciente ahora, viendo viejas fotos. Una penita.

    Me gusta

    Responder
  4. Ceci

    Siempre quise hacer un «antes y después»… pero nunca tuve un cambio de peso taaan grande como para que se note tanto!!!

    Ojala llegue ese dia (a este ritmo el antes y despues va a ser al reves, el antes normal y el despues gorda jajaja)

    Me gusta

    Responder
  5. Maria

    Seis meses antes de casarme o así, con 28 años,me puse a dieta con Naturalhouse (no se la recomiendo a nadie) si mal no recuerdo perdí 13 kilos, de 72 a 59 (en la adolescencia siempre pesaba 45-46 y aquí entre nos, estaba de muy buen ver, está mal decirlo, aunque con esa edad es lo habitual pero si que con aquel peso ni sabía lo que era un régimen), antes de aquello, no me preocupaba mi cuerpo, mi novio me quería y nunca hizo alguna referencia a mi sobrepeso, pero para casarme, lo típico, quería estar mona, y bien mona que me puse, si que andaba por la calle con más seguridad, porque casualmente de gordita nadie me miraba y delgada, te atreves a ponerte otro tipo de ropa, sin llegar a ser escandalosa, pero si se llama más la atención, te mimas más, por lo menos yo me miraba más al espejo, además, de cara siempre he sido agraciada, con menos kilos mejor, fijate que quizá por eso nunca he visto la realidad de mis kilos, porque incluso gordita me veo guapetona ejjejee. La cuestión es que si que noté la crueldad de la gente, nunca se me olvidará el de una que se dice mi amiga cuando me vio al mucho tiempo delgada, me miró de arriba abajo sin cortarse vaya y me dijo….”Ésta si es Maria José”, coño, y la otra quien era Rita la cantaora? No te jode, upppsss. Hoy por hoy, como estoy el triple de gorda he notado que evita pararse conmigo, cosa que no me importa porque desde aquel momento dejó de interesarme.
    Con menos kilos se está más agusttito con una misma, pero yo por ejemplo, ahora, con mis 87 kilos y 41 añitos de ná, soy más feliz que antes, porque tengo la fortuna de ser mamá, cosa que me llena de alegrías todos los días y cuento con el cariño de las personas que me importan de verdad, que por cierto no me ven tan gorda.
    Con respecto al frio-calor, pues en mi peso máximo, 99 kilos, iba en tirantes por la casa en pleno invierno, sin notar frio alguno. Con respecto a lo del f…. jajaja, pues creo que eso va en la persona, aunque dicen que las gorditas ….. jajajjaa. Sinceramente, todo está en la mente, ni edades ni kilos.
    Ah me olvidaba, he descubierto el blog de una chica que es un aliento para nuestros propósitos, vas a alucinar…. 33 kilos perdidos en un año y con cabeza, fijate en la tabla de la izquierda de sus progresos
    y en la foto de la SEMANA 52
    http://objetivosaludable.com/semana-52-cumpleanos-feliz/

    P.D.: Ojú qué jartá de escribir, perdona jejeje.

    Me gusta

    Responder
    1. Un gordo cualquiera Autor

      Así que siempre has sido y eres la mar de potable, ¿eh? Vaya, vaya, vaya… mírala ella qué callado se lo tenía jejeje 😛 Lo que me anima de vuestros testimonios es comprobar que si realmente se ponen los medios y el empeño se puede, que no hay nada irreversible si se le echan ganas. ¿Que cuesta? Por supuesto. Un huevo, la yema del otro y el gallinero/ponedero entero. Pero la recompensa, no hay más que ver los testimonios de cambio de hoy, para alucinar pepinillos. Lo de este blog que recomiendas, y que seguiré con atención y reverencia en lo sucesivo, me ha dejado ojiplático. Realmente todo un ejemplo de perseverancia digno de aplauso, como para hacer la ola, vamos.
      P.D. Tu amiga, comillas comillas, es bastante gilipuertas, si me lo permites… y eso no se quita tomando verduritas al vapor.

      Me gusta

      Responder
  6. Anónimo

    Yo me siento mejor conmigo misma con 15 k menos pero, lo demás es igual, a las personas a las que les importas le da lo mismo como estes, la cordura creo que se me perdio por el camino pero algo es algo fo… lo hago mas y mejor jajajajajaja

    Me gusta

    Responder

Deja un comentario