Jueves 11 de junio. El chándal fue en tiempos remotos algo que la gente se ponía para hacer deporte. Ahora es el uniforme del fin de semana, y nos lo ponemos para ir a comprar el Marca o para inflarnos a birras y berberechos en esa terracita tan agradable que tenemos al lado de casa.
Todos vamos vestidos de deportistas porque hemos descubierto que vamos más cómodos que con el traje y la corbata. Gracias al deporte que no pensamos practicar somos un poco más libres. Y a cambio no hay que hacer nada. Aunque a veces, cuando vamos por el cuarto pincho de tortilla y el sexto plato de cortezas, nos avergoncemos de llevar puesto el chándal y nos santigüemos ante San Fermín Cacho.
MI VIDA GORDA 
He de decir… que soy de la liga antichandal si no se hace deporte, así que rásgate las vestiduras que con un vaquero y una camiseta se va muucho mejor 😉
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Era sólo una reflexión, tampoco he sido yo mucho de chándales, salvo cuando pesaba 101 kilos y era lo único que me podía poner sin que se me destrozaran los muslos
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No soy la persona más indicada para hablar del tema porque no soy un buen ejemplo, pero; aprendí que sin importar el peso o la actividad físico debemos vestirnos bien con lo que nos gusta… Si te sientes bien con chandal: sigue así y si te sientes bien haciendo ejercicio: mejor aún.
Saludos y te deseo suerte.
Atte. Daniela.
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Ya digo que fui de chándales cuando rebasaba los 100 kilos de peso… y no es que me gustara, es que no me `cabía´ otra cosa. Ahora visto de vaqueros y tan ricamente 🙂
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Lo importante es sentirse bien que mas da la ropa que se lleve 🙂
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¡Por supuesto! Completamente de acuerdo. Creo que todos coincidimos
Por cierto, bienvenida a `Mi vida gorda´, un placer 😉
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El chándal, ese ente cuyo auge se produjo cuando se convirtió en el uniforme oficial de lavar el coche.
Jajaja, un abrazo. 😉
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El uniforme oficial de los gordezuelos. También de los que nunca tuvimos coche que lavar. ¡Juas! ^^!
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A mí nunca me han gustado los chándals. En el cole y poco más. Para ir a correr, hacer artes marciales o nadar, usaba otro tipo de prendas.
Pero como «cosa curiosa» siempre me ha llamado la atención. Hace ya unos añitos escribí una entrada en mi blog que al revisarla, he visto que puede estar de actualidad, je je. Si te apetece… está aquí.
Besotes.
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Muy instructivo tu post acerca del chándal, instructivo y con ese toque zumbón tan tuyo, marca de la casa jejeje Chapeau 🙂
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Lo que me he reido con este post, yo en casa en invierno, casi siempre suelo estar en pantalón de chándal y camiseta, pero para salir a la calleeeeee…. antes muerta que sencilla!! Jjajajjajaja. Eso si, para la bici, he sacado del baul de los recuerdos un pantalón de ciclista por aquello del motivamiento que sirvió de buenas risas el primer día que me lo puse acompañado de una camiseta naranja. (mi marido a mi hija:….»Mira a Naranjito»)
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Mírale qué guasón tu marido, me mondo (y nunca mejor dicho) XDDDDDD
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