Viernes 22 de enero. Quiero la fama… pero la fama cuesta. Sigo quemando los mazapanes de diciembre. He bajado 800 gramos en la última semana (peso 77 kilos), aunque todavía estoy a otros 300 de alcanzar mi peso pre Navidad. Con cada abdominal me acuerdo de cada uno de los polvorones de estas fiestas y del árbol genealógico al completo de El Almendro. Entre eso y que ayer en el gimnasio sonaron canciones de Camela conocí de cerca el infierno, supe de veras lo que es el dolor. Mi particular diosa elástica cada día se parece más a una oficial de la Gestapo. Si por ella fuera me ponía a hacer también flexiones de píloro, abdominales de duodeno y estiramientos de laringe. Me está aplicando el método Osmin cuando yo soy más de Eva Nasarre, que era como más de nuestro terruño, con calentadores para los tobillos y maillot fucsia, de esos que se te pegan tanto al cuerpo que te hacen sudar hasta las venas.
¡Dios mío! Te acompaño en el sentimiento, he sentido tu dolor en carnes propias. Como masoquista, hasta me he reído, pero un montón.
Mucho ánimo, que la cuesta de enero siempre es la más difícil.
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Lo malo es que yo vivo en una cuesta permanente. Da igual que sea enero que julio que noviembre ^^!
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Si te mando por correo mis kilos de más producto de estas navidades los quemarás por mi?
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Seguro que lo que más te pesa es el morro 😛
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jajaja siempre tan ocurrente jajajaja
Yo debo admitir que si bien no me gusta el dolor mientras estoy haciendo ejercicio, si AMO el dolor del día siguiente! Es como un recordatorio permanente del esfuerzo realizado!!
Besoo
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Sé de qué dolor me hablas, Ceci, y sí, resulta muy gratificante. Sientes algo parecido al orgullo xD
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la vida en el gimnasio!!!
un beso!
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¡Una vida intensa! ; )
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¡Madre mía! Yo que me iba a apuntar a la piscina… ¡ahora no sé si atreverme!
Como te entiendo con lo del infierno en el gimnasio. No me gustaba nada la música que ponían y yo iba con mis walkmans (aún no existía el mp3). De eso hace ya 12 años y aún no tenía sobrepeso. El gimnasio me abrió el apetito y engordé un kg enseguida, luego me mantuve. El monitor que me asesoró, al decirle que no hacía deporte, me puso una tabla de ejercicios súper fácil y yo me ponía más peso. Debería haberle dicho que de vez en cuando caminaba por la montaña entre 5 y 6 horas.
Así que, aunque mi aventura gimnasiera duró apenas 5 meses, TÚ SIGUE COMO HASTA AHORA. Hay que eliminar los restos de aquel trozo de turrón que nos supo a gloria (en mi caso me supo a poco)
Hasta pronto y muchos ánimos. ¡¡TÚ PUEDES CAMPEÓN!!
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Pili, querida, hoy cumplo tres meses de gimnasio. Un mes más y habré batido mi propio récord. Tengo pagado hasta abril, así que esta vez tengo que ir sí o sí. Y creo que puedo, jamás había estado tan motivado, aunque bien es cierto que a veces sienta que no sirve para nada ni los resultados sean tan espectaculares y veloces como quisiera uno, pero en fin… no fui gordo de un día para otro, así que no puedo pretender adelgazar en dos tardes tampoco. Pura lógica.
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Ánimo!! Al menos vas bajando, después saldrás del infierno y edtarás en la gloria con esos kilos que te vas a quitar!!! Muaaaaaak
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Buf, infierno no sé, pero yo me conformaría con pernoctar en el Purgatorio XDDDD
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El método Osmi?!?
Oh Sal Mazapán Inmediatamente?
Sólo leerte se me quitaron las ganas de apuntarme al gimnasio jajaja Me dio la risa e hice abdominales por leerte jajaja.
Venga Gordimazapanero que en abril serás un girdigüenorro.
Ay diosito con lo que se llevan los fofisanos jajaja
Besos Rafi
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jajajajajajaja Ay, Ali, menos mal que comentarios como los tuyos justifican por sí solos la existencia de un blog. Siempre tan divertida y tan entusiasta… aunque tengas baches, como todos. Pero yo sé que vas a poder, que vamos a poder 🙂
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Soy fan de Osmin… Jejeje.
Dale duro al entrenamiento…
Saludos.
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¿Ah, sí? Yo tengo una foto con él. Me lo topé en plena Gran Vía madrileña mientras él hacía abdominales en la barandilla de una salida de Metro y yo venía de comerme una hamburguesa XDDDDDDDDDDD
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Jajajaja qué panzada de reir! Yo también soy más de Eva Nasarre. Ánimo!!
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Me pregunto qué será de la Nasarre. No andaban bien las cosas la última vez que supe algo de ella. Una pena
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